

¿Os imagináis un "Ratatouille" en plan intelectual? Bueno, quizás mi comentario no sea muy justo con la obra de Savage (escritor, doctor en filosofía, ex carpintero, pescador, tipógrafo y mecánico de bicicletas). Pero la comparación resulta casi inevitable cuando el protagonista absoluto de la historia, como en la película de Disney, es una rata, humanizada, "repotenciada" intelectualmente. Aunque no por la alta cocina, en este caso, sino por la ingesta "física" de algunos libros y la posterior lectura de muchos, muchos otros.
Pero aquí, hay que decirlo, terminan las similitudes con la antes mencionada película. Muy lejos de la comedia y el humor, la obra es triste, amarga, ¿dramática? porque "nuestra rata" llega a desarrollar pensamientos y sentimientos complejos, sofisticados, casi humanos (¿o deberíamos decir cualitativamente superiores a los de la mayoría de ellos?). Pero la calidad de su vida, ay, nunca trasciende la de su especie. Soñando con el "Banquete" de Platón, pero alimentándose de desperdicios; especulando sobre la esencia del libre albedrío pero condenada a vivir evitando un escobazo que le parta los huesos. No siempre con éxito.
“El niño del pijama a rayas"de John Boyne.

No es fácil clasificar este libro ni comentarlo con cierta objetividad. Su lectura, desde luego, es extremadamente fácil y no recuerdo haber visto tantos ejemplares en el metro de Madrid desde la época de "El código Da Vinci". En un lenguaje muy sencillo, pero tremendamente eficaz a la hora de pulsar ciertos resortes emocionales, nos cuenta la historia de un niño -hijo de un jerarca nazi- que crece en un campo de concentración y traba amistad con un pequeño de su misma edad, pero prisionero e hijo de prisioneros. El efecto dramático está garantizado, el libro ya está traducido a muchos idiomas, se está gestionando su adaptación cinematógrafica... pero creo que es un tanto "facilón" y dudo que pase a la historia de las letras.

Sí, es verdad. Todos los que me conocéis sabéis de sobra que caigo con facilidad en alternativas definitivamente "bestsellerescas". Pero es que, entre morralla y morralla, suelen surgir algunas obras y autores definitamente importantes. Y no puedo permitirme el lujo intelectual de despreciar a un autor sólo por tener muchos lectores (¿quizás me sirva la excusa de no tener ninguno?). Pérez Reverte, por ejemplo, escribe bien, señores. Stephen King, más allá del discutible valor de algunas de sus obras, también lo hace. Y Neal Stephenson -convertido gracias a "Criptonomicon" en un auténtico gurú de los hackers- es un escritor como la copa de un pino. La obra (de casi mil páginas, publicada en tres partes en España) se hace fácil de leer. Es irónica, amena, divertida, inteligente e incluso instructiva (sin resultar pedante en ningún momento). ¿El tema? Dos historias íntimamente entralazadas: la de una misión de desciframiento de los códigos de las potencias del Eje, durante la 2da guerra mundial y la de la construcción de un paraíso de datos informáticos ("La Cripta"), en nuestros días. Una tercera historia, las de las peripecias de un marine durante la II guerra,
hace de "puente" entre las dos líneas argume

Realmente os la recomiendo.
Next"de Michael Crichton.
Todos los argumentos que utilicé unas líneas más arriba para defender los "best sellers" no resultan suficientes para justificar la existencia de bodrios como éste. Con una formidable excusa argumental, la de la biotecnología, Crichton se las arregla para escribir un libro absolutamente prescindible. Y francamente aburrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario