Hoy me gustaría proponerte una filosofía y una ética basadas en vivir y comportarse “como si” la vida tuviese un sentido.
- Como si existiese Dios.
- Como si existiese un espíritu humano.
- Como si el Hombre fuese bueno.
- Como si existiese la esperanza. Y la solidaridad. Y la justicia. Y la aristocracia no hereditaria.
Para adoptar una actitud positiva frente a la vida y a los problemas que no cesa de echarnos en cara, diría un psicólogo.
Por otro lado (una aproximación algo menos pragmática al tema, quizás) para conferirle sentido a la vida, a la experiencia humana.
Para abocarnos a la labor de “construir un espíritu”. Una tarea ingente, consistente en elaborar una ética, una axiología, un corpus de ideas, interpretaciones, lecturas… (preferiblemente, integradas entre sí, formando un conjunto una “sabiduría”) …
Para diferenciarnos objetivamente de todos los seres inferiores. Humanos o no.
Y, eventualmente, algún día, transferir nuestras “sabidurías” a una memoria digital o genética.
No hay comentarios:
Publicar un comentario