¿Ha muerto el libro? ¡Viva el libro!

Varias veces te he ofrecido mi biblioteca digital. Me animé a formarla cuando por una serie de desafortunadas circunstancias perdí mi biblioteca, la de toda una vida.

"Pero eso no es excusa", me han dicho algunos amigos. "Eres el rey de los piratas. Y eso no es consecuente con tu vocación literaria. ¿De qué quieres que vivan los escritores si los lectores se dedican a copiar los libros, sin pagar por ellos?"

Quizás tengan un punto, desde luego. Pero no es tan sencillo. ¿De verdad es éticamente exigible que pasemos de largo frente a un montón de libros abandonados en un solar vacío? ¿Con un letrero que dice "gratis, llévame a casa"?

De momento, el modelo comercial editorial estaba basado en la copia. En la distribución de una copia controlada por la industria editorial. Y ese modelo, tal parece, ha desaparecido. Es casi imposible, a corto, mediano o largo plazo, evitar la copia doméstica de documentos de texto. Y los libros son "sólo" eso.

Los editores, amparados por el prestigio de su oficio (muchas veces, bien merecido) y reivindicando la defensa del autor (aquí, están equivocados), claman contra la piratería, mientras ganan porcentajes absolutamente absurdos con los libros digitales que venden. Un libro en el que no gastan ni en papel, ni en imprenta, ni en tinta, ni en distribución, ni en almacenaje, pretenden venderlo a un coste "rebajado" a un 75-80% del de un libro impreso en papel. Absurdo.

A corto plazo, habrá una competencia entre los técnicos informáticos de las editoriales y los hackers. Los primeros, inventarán mecanismos cada vez más sofisticados, DRM y tal. Los segundos, en última instancias, imprimirán un libro en papel, lo fotografiarán y lo someterán a un escaneado con reconocimiento de caracteres. Lo pondrán en un formato sin DRM y... a repartir.

¿Qué puede hacer la industria editorial? Por lo pronto (y no es una solución a muy largo plazo), rebajar SUSTANCIALMENTE el coste de los libros. Si un libro de papel costaba 18 euros, por ejemplo, en su versión digital debería costar 3 o 4, como mucho. Sólo esa escala de precios desestimularía a los piratas, haciendo poco interesante económicamente el proceso de copiado.

Con todo, es posible que la industria editorial no sobreviva. Pero los escritores sí podrán hacerlo. Ellos escribirán sus libros en sus procesadores y al terminar los guardarán directamente en un formato "epub" o "mobi" o "fb2" (o algún otro formato -abierto, eso sí- que todavía no haya surgido, da igual). Y lo distribuirán en sus redes sociales a uno o dos euros la copia. Si sus libros gustan, él ganará tanto dinero como lo que percibía de las editoriales.  O más, porque estos libros serán asequibles a muchos más lectores y distribuidos mucho más rápido y eficientemente.

¿Ha muerto el libro? ¡Viva el libro!

PS. A continuación, tienes una serie de enlaces vinculados al mundo del libro. Muchos de ellos te permiten descargar libros gratuitamente. Otros son de información, novedades y crítica literaria. Dentro de uno o dos meses, pondré ese enlace en la página de libros.